Características anatómicas de los canguros
Quizá nunca has visto de cerca un canguro, pero sí sabes cómo son, ¿no es así? Es que los canguros son animales fáciles de identificar y son reconocidos como unos auténticos saltarines. Pero todo su cuerpo es un complejo montón de datos sorprendentes que muestran la capacidad de un ser vivo para adaptarse a su entorno.
Ante todo, conviene hacer una idea acerca de su tamaño. Se les considera mamíferos medianos a grandes, y muchos superan la altura de una persona promedio. La principal característica que los diferencia de los ualabíes y demás macropódidos es de hecho su tamaño, puesto que superan a sus parientes.
Funciones de la cola: brindarles equilibrio, sostener su peso e impulsarse para andar lentamente cuando no saltan.
La altura y el peso dependen de la especie, pero el más grande de todos los canguros y de todos los marsupiales es el canguro rojo (Macropus rufus), que puede superar los 1.8 metros de altura en posición erguida y pesar más de 90 kilogramos. Hay dimorfismo sexual: los machos son más grandes que las hembras.
La forma del cuerpo es poco común en el mundo de los animales. Poseen una cabeza pequeña que ha sido comparada con la de los ciervos y en la parte superior emergen unas orejas largas y flexibles capacitadas para detectar sonidos a distancias lejanas gracias a la facultad de girar. Los ojos son grandes y como están situados a los lados de la cabeza, les confieren una visión binocular (en la que se usan dos ojos al mismo tiempo) y muy buena visión nocturna, necesaria para buscar alimentos. El hocico es relativamente largo, y el labio superior está partido. Debajo se observa un cuello largo y delgado.

De constitución robusta, el cuerpo de los canguros está adaptado para su forma de locomoción, que consiste en saltos rápidos. Los cuartos traseros están muy desarrollados, pues las extremidades inferiores son mucho más grandes y fuertes que las superiores. Los pies son largos y estrechos; es la razón por la que los macropódidos llevan este nombre (Macropodidae) originario del griego, pues significa “pie grande”. La forma de los pies tienen un propósito importante: dar estabilidad cuando los canguros están de pie y amortiguar el paso, a modo de resorte, cuando caen después de un salto. El segundo y tercer dedo están unidos por una membrana de piel, y al final de ambos se muestra una garra doble. El cuarto dedo es muy fuerte, más que el quinto. Curiosamente, ellos no pueden caminar hacia atrás.
Las extremidades superiores son cortas y tienen 5 dedos separados. Son muy útiles para sujetar la comida e incluso, en el caso de los machos, luchar contra sus oponentes para demostrar dominancia. Los brazos y los hombros son muy musculosos, especialmente en los machos. Una cola estrecha, musculosa y gruesa en la base hace las veces de tercera pata, pues además de brindarles equilibrio, les ayuda a sostener su peso e impulsarse para andar lentamente cuando no saltan.
La famosa bolsa de las hembras es un pliegue de piel que cubre 4 pezones. Se abre por la parte frontal, y es el lugar donde la cría encuentra refugio incluso después de comenzar a consumir alimentos sólidos.
› Sus patas tienen tendones elásticos que actúan como resorte y ayudan a que no gasten más energía de la necesaria.
El pelaje es corto y exhibe colores variados. Como su nombre presume, el canguro rojo es dueño de pelo corto y color marrón rojizo, que en las hembras se vislumbra ligeramente grisáceo o azulado. La zona inferior del cuerpo y de las extremidades son más claras. Por su parte, los canguros grises cuentan con pelaje gris o marrón claro.
El esqueleto de estos macropódidos es especial para permitir los saltos. Las patas tienen tendones elásticos que actúan como resorte y ayudan a que el animal no gaste más energía de la necesaria. Los huesos de los tobillos impiden que estos se muevan hacia los lados. El cráneo es pequeño y los huesos que resguardan el cerebro son muy delgados. La boca alberga dientes especializados para cortar y moler la vegetación fibrosa.