Canguros y Seres Humanos


Los canguros ya no son precisamente animales extraños como lo eran cuando los colonizadores recién llegaron a Australia. Y aun antes de que estos arribaran, los aborígenes australianos estaban acostumbrados a la visión de estos mamíferos saltarines.

Los más antiguos habitantes de la nación tenían un contacto muy cercano con ellos. Eran parte de sus historias, pero también parte de su vida diaria ya que los cazaban para alimentarse con su carne y para usar su piel, huesos y tendones. A finales del Pleistoceno, ya 21 especies de canguros se habían extinguido; se cree que una de las razones la extinción pudo ser la caza humana. Para los aborígenes posteriores, los canguros no solo eran compañeros de hábitat, sino uno de los principales recursos de subsistencia.

Aún hoy en día la carne de canguro es consumida por una pequeña parte de la población de Australia.

He ahí el primer tipo de relación entre los canguros y los seres humanos. Aún hoy en día su carne es consumida por una pequeña parte de la población de Australia, y la carne también es exportada hacia otros países para su consumo. Por desgracia, los seres humanos son depredadores importantes, aunque la población de estos no ha menguado.

Relación entre el ser humano y los canguros
Joven canguro y una pequeña niña.

Los canguros son muy abundantes en todo el territorio continental de Australia y en algunas islas cercanas, como la famosa Isla Canguro. No es nada extraño ver algún individuo de Macropus fuliginosus en un suburbio de Canberra, o uno de Macropus rufus cruzando a toda rapidez una carretera. Los habitantes ya están acostumbrados, y tan es así, que los gobiernos de los estados donde la visión de los canguros en zonas urbanas es más frecuente, tienen una serie de recomendaciones para los ciudadanos, como: mantenerse alejados y observarlos desde una distancia prudente, no alimentarlos y cercar el área del hogar para evitar que se introduzcan.

Pero, ¿qué hacen unos canguros salvajes por las calles o en el jardín de una casa en la ciudad o suburbio? Hay muchas razones, claro, pero entre las principales, se cuenta la invasión de los hábitats naturales por parte de los seres humanos para efectos de urbanización. Debe considerarse que los canguros se cuentan por millones y que son muy adaptables, por lo que son perfectamente capaces de sobrevivir en muchos tipos de hábitats y en diferentes condiciones.

Si una persona se acerca demasiado a un canguro cuando come o está por aparearse, puede ser fuertemente golpeada con las patas.

Lo anterior puede propiciar que los humanos y los canguros entren en conflicto. En ciertas épocas del año, los hábitats de los marsupiales suelen experimentar sequías y esto se traduce a veces en escasez de comida. Cuando esto ocurre, los canguros deben desplazarse en busca de sitios donde haya hierbas verdes, y esos sitios pueden ser pueblos, suburbios, ciudades o zonas agrícolas. En este último caso, son particularmente indeseables para los agricultores ya que sus pastos destinados al ganado son comidos por los canguros. La cuestión es si estos y los humanos podrían coexistir en una misma área en caso de que el hábitat de los primeros se reduzca aún más.

Si no encuentran comida, también tienden a volverse agresivos. No son animales a los que se considere un peligro para los seres humanos, pero se han registrado casos de ataques hacia algunas personas. Ellos han saltado cercas endebles, y entrado a los jardines para alimentarse. Si una persona se les acerca demasiado cuando come o está por aparearse, puede ser fuertemente golpeada con las patas, lo que heriría con gravedad. Los machos dominantes suelen ser más agresivos que los individuos jóvenes.

Menos frecuente, pero posible, es el mantenimiento de canguros como mascotas, si bien no son raros en los zoológicos. Como en Australia son animales legalmente protegidos, es completamente necesario tramitar un permiso especial para mantenerlos en cautiverio.

Se ha criticado el permiso que los gobiernos han brindado para cazarlos como una medida para gestionar las poblaciones.

Culturalmente, el canguro es un icono de Australia y uno de los miembros más representativos de su fauna, encontrándosele en monedas, escudos de armas e imágenes de importantes instituciones. ¡No hay duda de que los australianos están muy orgullosos de los canguros! Fuera de ahí también son famosos, y ahora forman parte de la cultura popular al aparecer en numerosas películas, series y libros.

La relación entre los canguros y los seres humanos tiene puntos positivos y negativos, como suele suceder con los demás animales. En los últimos años se ha criticado el permiso que los gobiernos han brindado para cazarlos como una medida para gestionar las poblaciones. Pese a las malas opiniones acerca de esto, la práctica sigue realizándose y no parece que vaya a cesar en un futuro inmediato.

La curiosidad, la fascinación o el amor que pueden generar en las personas pueden ser estímulos para comprender su naturaleza y lograr un respeto profundo que lleve a mejorar su vida y reducir el impacto de sus amenazas.