Enemigos de ayer y hoy
Los depredadores de los canguros pueden contarse con los dedos de las manos, puesto que no son muchos. Son unos animales que carecen de enemigos pero sí existen unos cuantos de los que tienen que cuidarse. Las crías, que son las más susceptibles de los ataques debido a su escasa fuerza y a su pequeño tamaño, son víctimas más frecuentes que los adultos.
Las crías son las más susceptibles a los ataques debido a su escasa fuerza y a su pequeño tamaño.
Antes de que los seres humanos llegaran a dominar Australia, los primitivos canguros ya tenían depredadores. La mayoría de ellos ya están extintos, pero en los tiempos del Pleistoceno los carnívoros eran la principal causa de decesos de canguros, incluso de los canguros gigantes que también ya están desaparecidos del planeta. Sus depredadores eran carnívoros grandes y fuertes, entre los que se cuentan:
–Megalania prisca o Varanus priscus. Era un varano, un reptil que pudo haber medido hasta 7 metros y que podía alimentarse de muchos marsupiales grandes.
–León marsupial (Thylacoleo carnifex). Sí, era un marsupial carnívoro que no estaba relacionado estrechamente con los leones pero que, en el caso de la hembra, podía alcanzar un tamaño similar al de tales felinos. Era capaz de cazar canguros para comer.
–Wonambi. Es el género de unas serpientes muy largas que se alimentaban de canguros, ualabíes y otros animales herbívoros.
–Tigre de Tasmania o tilacino (Thylacinus cynocephalus). Aunque no es seguro que su dieta habitual incluyera canguros, pudo haber sido una amenaza constante para la seguridad de ellos.
Los dingos se convirtieron en los principales depredadores y los únicos que podían aprovecharse de los individuos adultos.
– El dingo (Canis lupus dingo) fue introducido a Australia hace unos 3,500-5,000 años, cuando ya los canguros gozaban de una relativa tranquilidad tras haber desaparecido muchos de sus depredadores más grandes. Para su mala suerte, los dingos se convirtieron en los principales depredadores y los únicos que podían aprovecharse de los individuos adultos. Sin embargo, los más afectados han sido los jóvenes y las crías. En algunas partes de Australia, los dingos tienen como alimento principal a los canguros.

Una de las consecuencias negativas de la colonización fue, además de los dingos, la introducción de especies como zorros, perros y gatos; estos dos últimos tanto salvajes como domesticados. El zorro rojo (Vulpes vulpes) es el principal depredador de marsupiales en el sur de Australia, y no duda en atacar a los individuos jóvenes cuando la oportunidad se le presenta.
Las aves rapaces como el águila audaz (Aquila audax) toman a los jóvenes para alimentarse o consumen la carroña. En los estudios de alimentación sobre el zorro rojo se han encontrado restos de carne de canguro considerada como carroña, pero lo que sucede es que el animal suele guardar su comida horas o días antes de comerla. Además, las goannas, unos miembros del género Varanus, y otros grandes o medianos reptiles carnívoros pueden capturar canguros si sus alimentos habituales son escasos.
El impacto de los depredadores naturales sobre los canguros es mínimo en comparación con el impacto que tienen los seres humanos sobre ellos. La presencia de las personas es el principal problema con el que tienen que lidiar en su hábitat natural, puesto que el hombre es el único con la capacidad de modificar la naturaleza para su beneficio. Así, los humanos pueden reducir su hábitat para convertirlo en tierra de pastoreo o agricultura o para levantar edificios, pero también los cazan para alimentarse y usar su piel. Desde hace unas décadas está permitida la caza de canguros en Australia bajo regulación de los gobiernos de los estados.
Las patas de un canguro son muy fuertes y puede herir gravemente con las garras, al grado de destripar al oponente.
Una de las razones por las que resulta difícil capturar a un canguro adulto es la fuerza con la que está dotado. Las patas son muy fuertes y puede herir gravemente con las garras si una patada afecta un área vulnerable del cuerpo; son capaces incluso de destripar al oponente. Un canguro amenazado golpea las extremidades inferiores contra el suelo, quizá para señalar o confundir a su oponente, aunque también podría servir para avisar a los demás que hay un intruso. Una hembra llama a su cría emitiendo vocalizaciones parecidas a cacareos y cuando una cría siente el peligro, acude rápidamente a su madre y se introduce a su bolsa para resguardarse.
Los canguros son excelentes nadadores. A veces no hay más remedio que echar a saltar a gran velocidad para evitar que un dingo los alcance, pero en otras ocasiones pueden golpearlo o cruzar un río, lago o arroyo. En caso de que el depredador los siga en el agua, tienen un as bajo la manga: sostenerlo bajo la superficie para ahogarlo.
Después de todo, nadie dijo que los canguros fueran presas fáciles.